¿Tienes miedo a compartir?

Si te liberas del miedo experimentas la verdadera abundancia.

Todos alguna vez hemos sentido que:

  • No queremos compartir aquello que hemos descubierto

  • No queremos compartir todas nuestras técnicas hacia el éxito

  • No queremos compartir nuestros recursos (dinero, ropa, casa, libros)

  • No queremos compartir nuestras ideas

  • No queremos compartir lo que nos cambió la vida

  • No queremos compartir nuestra verdad

¿Por qué?

Por miedo a quedarnos sin

Por miedo a tener menos

Si comparto mi técnica, ellos ganan, entonces, yo gano menos

Si comparto mi idea, me la roban

Si doy más dinero, tengo menos

Si digo la verdad, ya no puedo controlar la situación

Normalmente las personas dan marcando un límite de riesgo. Tienen miedo a dar con total desinterés y libertad - por el hecho de quedarse con menos o sentirse amenazados.

Es el instinto de supervivencia. No es malo. Es el EGO.

Si vivimos gobernados por el EGO, vivimos gobernados por el miedo. No significa que es algo malo, significa que has marcado un gran límite en tú y la abundancia.

No hay personas malas. Ser bueno o malo no existe. Todos somos una virtud de la existencia. Todos somos todo. Todos somos Universo.

Pero si es el EGO quien gobierna tu conciencia (miedo) y no el amor (Dios) estás en continua lucha para sobrevivir. No descansas en paz. No te sientes un ser completo, por lo que intentas acumular lo máximo que puedes y validar así tu existencia a través de tus logros o posesiones.

Si te liberas del miedo experimentas la verdadera abundancia.

Si te liberas del miedo te liberas de la culpa, la vergüenza, la apatía, los juicios, la ESCASEZ (la mayoría se encuentran aquí)

Dios, el Universo o el AMOR verdadero (es lo mismo porque Dios es todo y está en todo) - es infinita abundancia y él te dice: “No tengas miedo, cuánto más das, más puedes dar y más tendrás”

Comparte libremente lo que eres.

Biblia:

Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante.

Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios ama a la persona que da con alegría. Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros.

«Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres.
 Sus buenas acciones serán recordadas para siempre»

Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer. De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes”

¡Un abrazo enorme! Feliz jueves